
ALTERACIONES de la COLUMNA VERTEBRAL
COLUMNA VERTEBRAL
ALTERACIONES
Actualmente, la totalidad de las personas sufrirán tarde o temprano algún tipo de dolor de espalda en algún momento de su vida, ya sea una pequeña molestia constante o un dolor agudo punzante de forma repentina.
Cuando este dolor es persistente, puede condicionar nuestra forma de vida e influir en nuestro estado de ánimo, agotamiento físico, rendimiento laboral o incluso en nuestra vida social, pero sobre todo, hay que ser conscientes, que puede ser la clave de nuestra futura calidad de vida.
El uso continuado de las nuevas tecnologías, no solo ha generado una dependencia, sino que además, está creando y acentuado numerosos problemas de columna vertebral con los consiguientes dolores y trastornos, que ya forman parte del día a día de la mayoría de las personas.
LA COLUMNA VERTEBRAL
Nuestra columna vertebral o espina dorsal, es una compleja estructura osteofibrocartilaginosa compuesta por huesos y cartílago. Articulada y muy resistente, está formada por un conjunto de piezas óseas individuales llamadas vértebras, separadas entre sí por los discos intervertebrales, que la dan mayor flexibilidad, recorriendo la espalda desde la pelvis a la cabeza.
Está dividida en cinco regiones: Cervical, Torácica, Lumbar, Sacra y Cóccix o Coxis.
Realiza las importantes funciones de:
Soporte estructural para la base del cráneo a través de la vértebra cervical Atlas.
Sostén estático y dinámico, posibilitando las acciones de flexibilidad y de movilidad, facilitando su inclinación o su rotación.
Contrarresta la gravedad, y se encarga de mantenernos erguidos y de pie.
Proporciona protección a la Médula Espinal.
Protege al Sistema Nervioso Central formado por el Cerebro, los nervios y la Médula Espinal.
Ayuda a canalizar el flujo de sangre al cerebro.
Sirve de anclaje a ligamentos, tendones y músculos y su consistencia determina el grado de flexibilidad y rigidez.
Los huesos son vitales en la producción de glóbulos rojos y el almacenamiento de minerales.
La columna vertebral tiene curvaturas naturales, la Lordosis, situada en la región cervical (muy pronunciada en algunos casos) y lumbar (un poco más pronunciada en las mujeres), y la Cifosis, situada en la región torácica (o dorsal) y sacra. Estas curvaturas se van alterando a través del desgaste de la edad, con traumatismos que afecten a la columna y sobre todo, con efectos posturales continuados, generando un aumento del arco y las consiguientes molestias musculares.
En los seres humanos también aparece una curvatura torácica imperceptible llamada Escoliosis. Suele generarse en dirección opuesta al lado funcional del cuerpo, que debido al predominio de la condición diestra de la población, suele ser hacia la izquierda y de igual forma, accidentes y malos hábitos posturales, pueden deformar y aumentar su grado de curvatura.
Aunque la Escoliosis suele presentarse en forma de “C”, también hay casos en los que se presenta en forma de “S”, denominada Escoliosis de Doble Curva.
Aunque estas curvaturas naturales se suelen formar en el feto y pueden ser ocasionadas por un exceso de presión sobre el útero, se consideran una forma con la que el cerebro intenta mantener equilibrado el centro de de gravedad.
En casos en los que la curvatura es muy pronunciada, el tratamiento se basará en la gravedad de los síntomas del paciente.

La CONEXIÓN entre los ÓRGANOS y la COLUMNA VERTEBRAL
Cada vértebra tiene una función específica y entre todas, forman un sistema de comunicación formado por el cerebro, los nervios y la médula espinal.
El cerebro se encarga de transmitir órdenes a las diferentes partes del cuerpo en forma de impulsos eléctricos, a través de la médula y de los nervios espinales, también llamados nervios raquídeos. Estas fibras formadas por nervios mixtos sensitivos y motores, son parte del Sistema Nervioso Periférico y comunican la médula espinal con las células del cuerpo, trasportando las ordenes para mantener correctamente todas las funciones vitales.
Por este motivo, cuando se produce una presión, fractura o desplazamiento de una vértebra, un nervio puede sufrir una compresión en forma de pinzamiento, quedando inhabilitada la comunicación, y por tanto, el funcionamiento general del cuerpo, depende de la columna vertebral.
Con frecuencia, las tensiones, el estrés y las sobreexigencias, provocan dolores en diferentes zonas de la espalda, incluso, muchos de estos dolores son ocasionados por el efecto de la repercusión de las emociones sobre nuestro cuerpo, generando dolores físicos vinculados a malas noticias, problemas, inestabilidad…
FUNCIONES de las VÉRTEBRAS
Las vértebras tienen cuatro funciones generales fundamentales:
PROTECCIÓN
Es el recipiente que protege a la médula espinal que recorre el canal espinal.
SOPORTE
Se encarga de soportar todo el peso del tronco superior.
EJE
Forma el eje central del cuerpo dándole movilidad.
MOVIMIENTO
Permiten al cuerpo mantenerse erguido mientras se desplaza o mientras está de pie.
PARTES de la COLUMNA
Las vértebras se agrupan en cinco regiones y cada una de ellas cumple una importante función tanto de conexión como de reflejo emocional:

ZONA CERVICAL
Ubicada entre el cráneo y los hombros, se compone de 7 vértebras representadas por la letra “C”.
La zona cervical refleja el centro energético del cuerpo humano, la apertura hacia la vida y la comunicación. Es muy sensible a las emociones negativas.
A diferencia del resto de la columna vertebral, las cervicales contienen aberturas para que circulen las arterias transportando la sangre al cerebro.
C1 o ATLAS
Soporta y da equilibrio a la cabeza.
Es sensible frente a preocupaciones, miedos, desesperación, negatividad frustración y ante la dificultad de expresar emociones.
Cuando el nervio está presionado por un pinzamiento, se reduce el flujo de entrada de sangre al cerebro y ocasiona cefaleas (dolores de cabeza), desórdenes en el sistema nervioso, hipertensión, mareos, fatiga, reducción de la memoria a corto plazo (memoria activa o primaria) e incluso puede provocar amnesia.
C2 o AXIS (EJE)
Es la vértebra sobre la que gira la C1 al mover la cabeza.
Conecta con los principales órganos sensoriales, los ojos, la nariz (olfato), las orejas y la boca (lengua) y por tanto, quedan afectados cuando está contracturada, originando problemas como sinusitis, alergias, dolores de oídos, vértigo, pérdida visual…
Cada vez es más frecuente generar un pinzamiento o hernia cervical en esta vértebra por culpa del uso continuado del móvil, ocasionando también una debilidad muscular.
C3
Es conocida como “la cervical solitaria”, ya que dada su posición, no puede trabajar en colaboración con las otras vértebras.
Conecta con los huesos, los nervios y la piel del rostro. Cuando está afectada, puede llegar a generar problemas como neuralgias (dolor muy agudo en el nervio), acné o eczemas (respuestas inflamatorias de la piel).
C4, C5 y C6
Funcionan en conjunto ubicadas al nivel de la tiroides, y por tanto, los problemas de una se transmiten a las otras.
Conectan con la glándula tiroides, la boca, las cuerdas vocales (voz), la faringe, la lengua y también con los hombros.
Sus alteraciones pueden provocar:
C4
Fiebre del heno (alergia estacional que afecta a los ojos y la nariz), catarro y pérdida de audición.
C5
Ronquera e irritación de la garganta.
C6
Dolor en el cuello, los brazos y anginas (inflamación de una o de las dos amígdalas).
C7
Influenciada por la moralidad, las creencias y el lado espiritual, esta vértebra soporta la carga de peso y la presión de los movimientos de hombros, codos y manos.
Suele sobresalir generando una pequeña curvatura natural y su daño, puede generar molestias articulares del trapecio superior y provocar problemas en la glándula tiroides.

ZONA TORÁCICA
Situada en la parte superior de la espalda entre los hombros y la cintura, se compone de 12 vértebras que se representan por la letra “T”.
Al estar firmemente unidas a las costillas y al esternón, formando la caja torácica, poseen una menor movilidad y por tanto, esta región es menos propensa a desgastarse, sin embargo, queda afectada al recibir un exceso de presión, cuando realizamos una inclinación constante de las cervicales, por ejemplo al leer un libro, utilizar un ordenador portátil, tablet o móvil, generando o acentuando una Cifosis.
Al formar parte de una estructura portadora de carga, estas vertebras son propensas a desarrollar fracturas por compresión, especialmente si están debilitadas por una osteoporosis y puesto que en esta zona es donde se alojan los órganos más importantes, cuando alguna de estas vértebras torácicas queda presionada, se genera un mal funcionamiento vital y se produce una falta de energía en los miembros inferiores.
T1
Es una vértebra atípica, más ancha trasversalmente que el resto y posee una carrilla superior (pequeña fosa costal), para la inserción de la cabeza de la primera costilla y en la parte inferior, una hemicarrilla para articular la cabeza de la segunda costilla.
Conecta desde los codos hasta las puntas de los dedos y con el Sistema Respiratorio, por lo que las molestias de esa vértebra provocarán problemas como tos, asma, sensación de asfixia, dolores en manos, muñecas y codos.
T2
Conecta con el corazón y los pulmones, y además es sensible a las emociones y a los sentimientos, reaccionando muy negativamente cuando se afecta a nuestra emotividad.
Cuando está mal, puede provocar malestar y dolor en el corazón, además de problemas en las válvulas cardiacas y en los pulmones.
T3
Está conectada con el pecho y con la respiración. Se altera fácilmente en personas que tienden continuamente a discutir. Cuando sentimos presión en esa zona se traduce a nivel emocional y físico, provocando trastornos pulmonares como gripe, pulmonía, bronquitis…
T4
Tiene contacto con la vesícula biliar y refleja los placeres, las tentaciones y los deseos, que con frecuencia están insatisfechos. Afecta sobre todo, a las personas muy soñadoras y no demasiado realistas.
Cuando no se encuentra bien, genera problemas en la vesícula, ictericia (trastorno hepático que genera una coloración amarilla en la piel) y herpes.
Al encontrarse situada en el centro del cuerpo, se le atribuye una función de equilibrio.
T5
Relacionada con el hígado y con la circulación sanguínea, tiene una función emocional de controlar y de cargar con el resultado de nuestras acciones y de nuestros problemas. Queda afectada ante una situación de pérdida de control o al sufrir un fracaso inesperado.
Si se encuentra dañada, puede generar fiebre, problemas hepáticos, problemas circulatorios, hipotensión (presión excesivamente baja de la sangre sobre la pared de las arterias), anemia y artritis.
T6
Activa la autocrítica y la dificultad de aceptar el resultado de lo que sucede, y se retroalimenta de las pautas de conducta y de comportamiento. Vinculada directamente con el estómago, la tensión producida sobre esta vértebra puede generar congestión estomacal, falta de apetito, indigestión, acidez….
T7
Unida al páncreas y al duodeno, la séptima vértebra está vinculada con la función de recordarnos, que tenemos que relajarnos y dormir.
Se altera cuando actúas y vives al límite, sin prestar atención a tu cuerpo, que necesita descansar y reponer fuerzas.
La alteración de esta vértebra puede dañar el estómago provocando la aparición de úlceras y ocasionando gastritis.
T8
Está ubicada a la altura del diafragma, músculo fundamental en la actividad respiratoria.
Conectada con la sangre y el bazo, alberga las inseguridades y los miedos personales.
Su alteración se relacionada con dolor en el diafragma y con problemas en el bazo, además de trastornos en su riego sanguíneo.
Muy vinculada con la T9, esta vértebra puede generar molestias musculares y contracturas.
T9
Con muchas semejanzas con la T8, esta vértebra, también se sitúa a la altura del diafragma.
Se encuentra enlazada a las glándulas suprarrenales, que cuentan entre sus principales funciones, encargarse de la producción de cortisol, hormona generada como respuesta al estrés, inundando el cuerpo de glucosa, una fuente inmediata de energía para los músculos.
Cuando esta vértebra sufre, se genera un mal funcionamiento de las glándulas suprarrenales y en consecuencia, se producen alergias, urticarias y nos sentimos mucho más afectados por las emociones.
Es uno de los puntos frecuentes, donde se suele localizar una contractura postural.
T10
Está conectada directamente con los miedos y las inseguridades.
En esta vértebra se encuentra uno de los “puntos gatillo”, culpable de originar un frecuente y constante dolor agudo, que se acentúa por el frio ambiental.
Al igual que sucede con la T9, ambas son propensas a generar contracturas posturales, que con el paso del tiempo, se transforman en una hernia torácica o dorsal.
El exceso de tensión en los músculos de la espalda, ocasionado al forzar un arqueamiento postural de la columna de forma repetitiva, por ejemplo cuando nos sentarnos mal frente al ordenador, o a un continuado movimiento de rotación del tronco, añadido al estrés y a la somatización emocional, puede llegar a generar una dorsalgia, reflejada en una punzada de dolor e incluso en un bloqueo doloroso de esa parte de la espalda.
Si está afectada, genera problemas en la piel, fatiga crónica y problemas renales ocasionados por un mal funcionamiento en los riñones, órganos que se conocen como “la sede del miedo”.
T11
Al igual que la T10, está relacionada con los riñones, los nervios, las tensiones y las inseguridades.
La alteración de esta vértebra repercute en el Sistema Nervioso y suele venir acompañada de dolor en los riñones y de afecciones epiteliales.
T12
Enlazada con la envidia y la crítica, tiene una importante función ya que conecta con el colon, el intestino grueso, las articulaciones, el Sistema Linfático y en el caso de las mujeres, con las trompas de Falopio.
Cuando está afectada, tiende a generar problemas intestinales como colitis, estreñimiento, diarrea y gases, dolores en las articulaciones, deficiencias en la circulación linfática, y en el caso de las mujeres, puede crear problemas de esterilidad.

ZONA LUMBAR
Situada en la parte inferior de la espalda, en la región lumbar, se compone de 5 vértebras representadas por la letra “L”.
Se relaciona con la sexualidad y la seguridad en uno mismo.
Estas vertebras juntas, dan forma a una curvatura lumbar cóncava, mucho más pronunciada en la mujer que en el hombre, y son las encargadas de soportar todo el peso de la parte superior del cuerpo, mientras que proporcionan flexibilidad y movimiento al tronco, gracias a la presión soportada por los discos intervertebrales que poseen, formados por un resistente fibrocartílago con un centro gelatinoso.
Esta zona, es la encargada de anclar y conectar los músculos de la espalda y la pelvis, y por tanto, es una de las que más sufre siendo propensa a generar lesiones, además de recibir una presión extra por culpa del sobrepeso, de una mala postura al sentarnos o por el uso de ciertos tipos de calzado, lo que genera molestias o dolor.
Puesto que la curvatura lumbar, suele generar una “burbuja” de aire caliente entre ella y la ropa, esta zona es muy sensible al frio y al “sudor frio”, formado cuando este aire caliente se enfría repentinamente.
L1
Al igual que la T12, está conectada con los intestinos, y canaliza la impotencia y los conflictos internos.
Cuando esta vértebra se encuentra afectada, el resultado que genera, son problemas intestinales de estreñimiento y de indigestión.
L2
Su estado repercute en la sensación de seguridad personal y es afectada por la tristeza y la soledad.
Vinculada al abdomen y a las piernas, su alteración puede generar dolores abdominales, problemas digestivos, calambres y varices.
L3
Esta vértebra se encuentra conectada directamente con los órganos genitales, el sistema urinario y la circulación en las piernas.
Cuando no está bien, puede provocar inflamación en las rodillas, artritis, incontinencia urinaria, y en el caso de las mujeres, problemas menstruales o de impotencia.
L4
Esta vértebra en los hombres, se conecta con la próstata.
Los malos hábitos posturales, provocan que este punto suela estar tensionado.
La distensión de un ligamento o de un músculo de la espalda, ocasionada al sentarnos en una mala postura durante un largo periodo de tiempo, cargar con un gran peso en una mala postura, un mal calzado (sobre todo el uso de tacones) o pisar mal al andar, pueden ocasionar una dolorosa lumbalgia, ciática y problemas de próstata.
L5
Influenciada por los celos, los disgustos y las frustraciones, esta vértebra conecta desde los dedos de los pies a las rodillas.
Cuando está afectada, puede provocar calambres, inflamación en los tobillos y pies fríos.

ZONA SACRA
Situada entre las dos alas de la pelvis, es la estructura triangular sobre la que se asienta el conjunto de la columna vertebral y se compone de 5 vértebras representadas por la letra “S”.
Entre los 18 y 30 años de edad, se fusionan formando un gran hueso en forma de triángulo, que oscila entre los huesos iliacos.
Cada uno de estos huesos se denomina sacro o santo, y están enlazados a los fundamentos de la sexualidad, a las necesidades básicas y a los motivos que aportan estabilidad en la vida, y su principal función es la de transmitir el peso de la columna a la cintura pélvica.
En esta zona está situado el centro energético responsable de la confianza y de la seguridad.
S1, S2 y S3
Estas tres vértebras se encuentran soldadas y reaccionan cuando la persona es propensa a situaciones de cabezonería, de prepotencia o siente la necesidad de tener bajo control todo lo que sucede a su alrededor.
Cuando alguna de ellas se encuentra alterada, se genera un problema en la comunicación verbal y sexual.
Sometida a un gran estrés y presión por rotación, se puede generar ciática en la conexión entre la L5 y la S1.
S4 y S5
Estas dos vértebras se encuentran conectadas con el origen primario de los deseos.
Cualquier anomalía sufrida en ellas repercutirá en problemas renales, se generarán desequilibrios hormonales, riesgo de infertilidad, mala circulación de la sangre, diarrea, estreñimiento, colitis…

ZONA COCCIGEA
El cóccix o coxis es un pequeño hueso en forma de pequeño triángulo, unido al sacro, con quien tiene una movilidad muy reducida.
Formado por 4 o 5 vértebras coccígeas soldadas, forma parte del vestigio de restos del esqueleto de la cola, de una lejana descendencia.
Al envejecer, nuestro cóccix queda fusionado con el sacro, fundiéndose en un solo hueso. No participa como el resto de las vértebras en soportar el peso del cuerpo, pero es el punto de anclaje de algunos músculos como el glúteo mayor.
En el caso de las mujeres, al tener por lo general una pelvis más amplia, ejercen una mayor presión sobre el cóccix al sentarse. También lo tienen más corto, acho y más curvo, por lo que está mucho más expuesto a sufrir lesiones.
Conecta con el recto, la vejiga y la próstata.
Cualquier afección, puede provocar hemorroides, trastornos urinarios o incontinencia.