
medically accurate illustration - painful sciatic nerve
CAUSAS de la CIÁTICA
El NERVIO CIÁTICO
CAUSAS de la CIÁTICA
La ciática está considerada como uno de los dolores más intensos que puede sufrir el cuerpo humano y actualmente afecta a un elevado número de mujeres y hombres, siendo una de las principales causas de incapacidad laboral.
No es una enfermedad, sino que es un efecto causado cuando se origina una compresión sobre el nervio ciático a consecuencia de una alteración en los ligamentos, músculos, discos intervertebrales o vértebras de la zona baja de la espalda, causando un dolor agudo, entumecimiento, hormigueo o debilidad en la zona lumbar, los glúteos y las piernas.
El NERVIO CIÁTICO
El nervio ciático es una estructura conductora formada por un conjunto de raíces nerviosas que nacen en la médula espinal (nervios raquídeos) de la zona lumbar (vertebras L4, L5, S1, S2 y S3), descendiendo a través de la cadera bajo el glúteo y recorriendo la zona del muslo donde queda bifurcada en dos ramificaciones, una hacia la parte externa del muslo (nervio ciático poplíteo externo) y otra hacia la cara interna (nervio ciático poplíteo interno), finalizando en los dedos de los pies.
Es el nervio periférico más voluminoso y con el recorrido más largo del cuerpo humano.
La CIÁTICA
La ciática es un síndrome identificado por un molesto dolor agudo situado en toda o en gran parte de la trayectoria del nervio ciático, descendiendo por la pierna desde la parte baja de la zona lumbar hasta llegar al pie.
Cuando la zona de dolor queda localizada únicamente en la zona lumbar, se denomina lumbalgia o lumbago y cuando el dolor desciende desde la zona lumbar hasta el pie, se denomina lumbociática o ciática.
La ciática suele afectar únicamente a una de las partes del cuerpo, aunque al pisar mal con la pierna afectada como consecuencia del dolor, provocaremos un desplazamiento muchas veces inconsciente, del peso sobre la otra pierna, ocasionando que esta termine también sobrecargada.

CAUSAS
Por desgracia, más de las tres cuartas partes de la población sufrirán lumbago o ciática a lo largo de su vida y este porcentaje crecerá a consecuencia de los malos hábitos posturales al sentarse o acostarse.
Las ramificaciones del nervio ciático son las encargadas de conectar y de supervisar las funciones motoras (control de movimiento) y sensoriales (control de sensibilidad) del muslo, la rodilla, la pantorrilla, el tobillo y los pies (talón, planta y dedos).
Cuando el nervio es presionado o sufre una inflamación, provoca alteraciones en las funciones motoras y sensoriales musculares, originando intensos dolores en cualquiera de las partes de su recorrido, desde la zona lumbar hasta los dedos de los pies.
Las principales causas que pueden afectar al nervio ciático son:
PROTRUSIÓN de DISCO y HERNIA de DISCO
Las vértebras de nuestra columna se encuentran separadas por unas almohadillas que poseen un centro gelatinoso (núcleo pulposo) rodeado por un revestimiento externo mucho más consistente en forma de anillo (envuelta fibrosa), llamadas “discos intervertebrales”. Estos discos tienen la importante función de amortiguar los movimientos de las vertebras y evitar que lleguen a juntarse.
Con el paso del tiempo, la continua carga que soportan los discos intervertebrales provoca un desgaste en el núcleo pulposo, acentuado por factores como sobrepeso, sedentarismo, numerosas actividades físicas (levantamiento de pesas, ciclismo, hípica, esquí, tenis, pádel, deportes extremos…), la tensión añadida en actividades laborales que requieren pasar mucho tiempo sentado o inclinado (trabajo administrativo, informáticos, amas de casa, peluquería y estética, sector de salud, sector del transporte…), trabajos sometidos a vibraciones (operarios de maquinaria industrial, uso de martillo neumático…), cuidado de bebés o niños pequeños…
Este proceso degenerativo que cada vez aparece en gente más joven, es conocido como “artrosis vertebral”.
Como consecuencia de un accidente o por un exceso de desgaste, la envuelta fibrosa del disco puede abombarse o romperse, dando como resultado una presión sobre el nervio ciático, que genera diferentes tipos de hernia de disco:
Protrusión discal:
Cuando la envuelta se deforma presionando el nervio sin producirse la salida del núcleo pulposo.
Extrusión discal:
Cuando se produce una fisura en la envuelta por la que sale el núcleo pulposo, pasa a denominarse hernia de disco. Además de la presión producida, el núcleo contiene unas sustancias que irritan al nervio si tienen contacto con él.
Expulsión discal:
Cuando después de producirse la salida de parte del núcleo pulposo, este llega a migrar alejándose de su origen.

FRACTURA o APLASTAMIENTO VERTEBRAL
Ciertos traumatismos ocasionados por un accidente de tráfico, la caída desde una gran altura o la debilitación de algunas vértebras en personas de avanzada edad que sufren osteoporosis (porosidad ósea ocasionada por una baja densidad en la masa de la vértebra haciéndola más frágil), pueden generar una fractura vertebral por compresión.
Si esta lesión se produce en la zona baja lumbar, la deformación por el aplastamiento puede llegar a provocar presión en el nervio ciático e incluso el desprendimiento de núcleo pulposo sobre él.
FRACTURA de PELVIS o COXIS
Cuando se produce una fractura en la pelvis o en el coxis, puede ser el origen de un desplazamiento óseo y generar presión sobre el nervio ciático..
ESTENOSIS RAQUÍDEA LUMBAR
Es una degeneración de la columna vertebral que suele aparecer a medida que envejecemos, causada cuando los discos se resecan y encogen.
Estenosis cervical
Cuando se produce un estrechamiento en la zona cervical generando presión sobre la médula espinal y provocando dolor en el cuello.
Estenosis lumbar
Es la más frecuente de los dos tipos de estenosis raquídea y se ocasiona cuando se produce un estrechamiento de los agujeros intervertebrales por los que las raíces de los nervios raquídeos salen de la columna vertebral lumbar, quedando comprimido el nervio ciático.
MÚSCULO PIRAMIDAL o SÍNDROME del MÚSCULO PIRIFORME
Situado en la pelvis bajo el glúteo y sobre el nervio ciático, el músculo piramidal o músculo piriforme forma parte de los músculos rotadores externos (cuya función es la rotación externa en la articulación de la cadera), siendo el encargado de facilitar los movimientos del fémur sobre la pelvis y participando en la gran mayoría de los movimientos de las piernas.
El síndrome del músculo piriforme o del músculo piramidal, se produce cuando este músculo sufre una contractura o un espasmo por una lesión o irritación, comprimiendo las raíces L5 y S1 del nervio ciático, causando dolor.
Si se produce una inflamación del músculo piramidal sin afectar al nervio, el dolor generado en esa zona puede ser confundido y por ello también es conocido como “falsa ciática”.
Este síndrome puede provocarse como consecuencia de continuos malos hábitos posturales al sentarnos, sobre todo si requieren de pasar mucho tiempo sentados (trabajos administrativos, uso continuado de ordenador, estudiantes, conductores…), por una sobrecarga (exceso de peso en el gimnasio, levantar objetos demasiado pesados, correr o hacer ejercicio sin calentar las piernas, olvidarnos de realizar los posteriores estiramientos…) o a causa de un traumatismo (accidente de circulación, una caída, realizar con gran fuerza patada al aire o a un objeto de poco peso como una pelota…).
EMBARAZO
Durante los últimos meses de embarazo, la distensión y debilitación de los músculos abdominales como consecuencia del incremento de peso que debe de soportar la espalda, ofrece una mayor vulnerabilidad a sufrir una compresión pélvica, provocando la correspondiente inflamación del nervio ciático, generando molestias y dolor al caminar.
El crecimiento del útero dentro de la pelvis comprime las raíces del nervio ciático en los canales de salida de los nervios espinales, causando dolor.
El volumen que alcanza la barriga modifica considerablemente el centro de gravedad de la embarazada y obliga a incómodos movimientos posturales en la última fase de gestación, lo que implica adoptar malas posiciones que favorecen la aparición de ciática.
TUMORES en los NERVIOS PERIFÉRICOS
Los nervios periféricos se encargan de unir al cerebro y la médula espinal con otras partes del cuerpo, controlando diversas actividades musculares.
Estos tumores poco frecuentes pueden formarse en cualquier parte del cuerpo y aunque no suelen ser malignos (cancerígenos), su crecimiento puede generar dolor, esiones en los nervios, en vasos sanguíneos y en los tejidos circundantes, e incluso llegar a provocar pérdida de funcionalidad en la zona afectada.
Cuando el tumor crece dentro del nervio se llaman “intraneurales” y si en su crecimiento presiona al nervio se llaman “extraneurales”.
ENFERMEDAD de PAGET
También conocida como osteítis deformante, es una inflamación del hueso que implica su deformación, siendo el segundo trastorno óseo más frecuente tras la osteoporosis.
Es una enfermedad poco frecuente que muestra sus síntomas a medida que aumenta la edad.
Uno de los huesos más afectado por la enfermedad de Paget es la pelvis y su crecimiento anormal puede generar contracturas musculares que afecten al nervio ciático, provocando deficiencia motriz y lumbalgia.
ESPONDILITIS ANQUILOSANTE
Es una enfermedad inflamatoria que puede ocasionar la fusión de algunas vértebras de la columna, generando una menor flexibilidad y una postura encorvada hacia adelante.
La zona sacroilíaca es una de las áreas más afectadas y su aparición, además de dolor y rigidez en la base de la espalda, puede llegar a afectar al nervio ciático.