
SÍNTOMAS de la CIÁTICA
El NERVIO CIÁTICO
SÍNTOMAS de la CIÁTICA
La compresión o la inflamación del nervio ciático generan una serie de problemas que afectan directamente en la calidad de vida y en la actividad laboral de la persona que lo padece.
Los principales síntomas son:
Dolor
Es el síntoma más característico de la ciática y se extiende desde la base lumbar de la columna vertebral hacia el glúteo, bajando por la parte posterior de la pierna, el muslo, la rodilla, la pantorrilla y llegando incluso hasta el pie, marcando el recorrido del nervio ciático.
Suele afectar únicamente a un lado del cuerpo y puede oscilar entre un dolor leve y molesto a una sensación aguda insoportable, según el grado de la compresión o de la inflamación.
El dolor empeora con el movimiento o permaneciendo sentado durante mucho tiempo y mejora haciendo reposo, y colocando las piernas flexionadas en cuclillas o tumbado.
Hormigueo
Cuando el nervio ciático está dañado, se puede producir una sensación de cosquilleo y falta de sensibilidad en las zonas sensoriales del muslo, la rodilla, la pantorrilla, el tobillo y en los pies, generando una incómoda sensación de hormigueo.
Entumecimiento
Las zonas afectadas por el dolor y el hormigueo pueden llegar a sentirse entumecidas como consecuencia de que el daño en el nervio, no permite transmitir correctamente la información de las sensaciones, pudiendo quedar incluso alguna zona rígida.
Debilidad
Puede provocar la debilitación de algunas partes e incluso de toda la pierna.
Falta de Movilidad
Cuando la compresión del nervio es muy acentuada, se puede producir la imposibilidad de extensión o flexión de las articulaciones de rodilla y tobillo, ocasionando la falta de movilidad.

FACTORES de RIESGO
Los principales factores de riesgo que pueden favorecer la aparición de la ciática son:
Edad
Con el paso de los años la columna vertebral sufrirá desgastes, por lo que tendrá un mejor aguante según la cuidemos y protejamos de esfuerzos innecesarios.
Obesidad
Un aumento considerable en el peso generará una sobrecarga en la columna vertebral y la correspondiente tensión en la zona lumbosacra.
Sedentarismo
Un estilo de vida sedentario sin apenas realizar ejercicio o andar, favorecerá el desarrollo de obesidad, la propensión a sufrir enfermedades cardiovasculares y una debilidad muscular que puede afectar a los músculos de la espalda, siendo más propensos a sufrir ciática que las personas activas.
Profesión
Numerosos oficios requieren de pasar mucho tiempo sentado (trabajo de oficina, informática, conductor…), de estar inclinado sobre un paciente (sector de salud), cliente (sectores de peluquería y estética) o mostrador (comercios de moda), del manejo de maquinaria con vibraciones, de levantar objetos muy pesados (empresas de mudanzas, carga y descarga), o en duras condiciones como agricultores, ganaderos, pescadores… y repercute en un exceso de carga lumbar de forma continuada.
Permanecer muchas Horas Sentado
Además de los estudiantes que pasan horas sentados ante libros y apuntes, hay muchas personas que pasan sus horas de ocio sentados frente a una pantalla de televisión, de ordenador, tablet o móvil, con el correspondiente desgaste lumbar.

Deportes de Riesgo o Contacto
Ciertos deportes son más propensos a producir golpes, caídas y lesiones (artes marciales, boxeo, alpinismo, rugby, escalada, motocross, paracaidismo, puenting, ski, surf, snowboard…), afectando directamente a la zona lumbar y ejerciendo presión sobre la zona que recorre el nervio ciático.
Tener un Bebé
Para una mujer, los últimos meses de embarazo pueden venir acompañados de molestias o dolores por una ciática como consecuencia del sobre peso del feto y del crecimiento del útero presionando el nervio.
Tras dar a luz, comienza el periodo de lactancia y de cuidado del recién nacido, lo que implica tener unas malas posiciones posturales para la madre y las correspondientes compresiones sobre el nervio ciático.
Según el bebé va creciendo y hasta que da sus primeros pasos, los padres se encargan de llevarle en brazos y de transportar la sillita con todo un equipaje incluido, por lo que suele ser frecuente que ambos sufran molestias o dolores lumbares a consecuencia de la carga continuada de un peso, que puede llegar a superar los 12-15 kilos en un niño de 2 años.